El objetivo es lograr
que Lita Román asuma la presidencia regional. Para ello no escatiman esfuerzo
ni dinero, esfuerzo que por supuesto recuperaran en caso su maquiavélica
intención logre tener el éxito deseado.
Desde ahora ya se frotan
las manos y hasta se dan el lujo de distribuirse los cargos en caso de que la
huallancaina logre sentarse en el trono regional.
El guasón dice que será
el gerente general, el fracasado de Santa María el director de la Dral, el
loquito que vino manchadaso de Ancash el mandamás en la DIRESA, un cañetano
frustrado a pedido ser el jefe de transportes, ya si todos ya alucinan las
gollerías en caso de triunfar.
Pero los hay también los
que en la sombra financian esta alocada y desvariada maratón regional, son los
que gobernaron, los que sueñan gobernar y los que sueñan con el
direccionamiento en la ejecución de obras del gobierno regional, son los
ambiciosos disques moralistas que se rasgan las vestiduras sin fijarse en el
tronco atravesado en sus ojos.
En ese falso colectivo,
que no representa a nadie, no se salva ni uno. Todos tienen cuentas con el
pasado aunque se crean puritanos y almas buenas.
Son los desposeídos en
pos del botín. Por eso no es extraño ver a esa mancha de desadaptados en
plantones y movilización en “pos de la moralización”, lema risible por lo que
representan ante la sociedad.
Estos fantasmas
políticos agrupados en un minúsculo colectivo, con evidentes simpatías
movadefistas, hacen gala de derroche de dinero para movilizarse, imprimir
pasquines, pintar paredes, lo que nos obliga a preguntarnos: ¿Quién financia
esta sucia campaña de desacreditación regional?
Decía Sun Tzu, “Ataca al
enemigo cuando no está preparado, y aparece cuando no te espera. Estas son las
claves de la victoria para el estratega”, siendo esta la táctica empleada por
estos colectiveros con amplia experiencia subversiva.
Pero esta estratagema no
tendría éxito si no existiera indefensión de la gestión regional que
tiene funcionarios comunicacionales inútiles e inservibles, que solo sirven
para ganar inmerecidos altos sueldos mensuales y del gasto dispendioso en pagos
a seudos periodistas que mes a mes engordan sus bolsillos, constituyéndose en
una carga inútil y en un despilfarro de los recursos del estado. (En breve
relación de “favorecidos periodistas regionales”).
El esfuerzo del
presidente regional Javier Alvarado se ve debilitado por estos funcionarios
mediocres y analfas “calienta asientos”, que han hecho de los recursos de la
región un festín y de la presencia de funcionarios sinvergüenzas como Daniel
Córdova y Ricardo Dolorier (Drelp), quienes con su presencia y continuidad por
parte del ejecutivo regional, dan la impresión de premiar la sinvergüencería
por la incapacidad y viveza demostrada por estos funcionarios.
Es una vergüenza que a pesar de existir indicios de que Córdova
lidera a un grupo de proveedores que hacen de las suyas en las 9 ugeles de la
región Lima y que venden sus productos sobre valoradamente y que en el colmo de
los colmos haya cobrado doble sueldo en agravio del estado, continúe como el
poderoso asesor de la Drelp. ¿Por qué no se le investiga?
Pareciera que Javier
Alvarado no se da cuenta del mensaje peligroso y auto destructivo que da la
permanencia de este sujeto y otros más ante la opinión pública, y que hacen
daño a la gestión regional, de allí que estos colectiveros se aprovechen de la
coyuntura y desplieguen una millonaria campaña de desacreditación.
El objetivo delos
colectiveros es la llegada a la presidencia regional de Lita Román, para poder
así tener los espacio políticos y recursos económicos para consolidar su
proyecto totalitario y radical, en perjuicio evidente de los más pres de la
región Lima.
Ya están advertidos,
mientras tanto seguiremos observando el circense y patético espectáculo que dan
estos colectiveros intentando cumplir sus anhelos de echar mano de la plata de
todos nosotros.
Y por supuesto el ataque
incesante hacia nuestro medio de comunicación que tiene la valentía de
desenmascararlos, y sus
pasquines que sirven para despachar pescado en el mercado y para el disfrute
sádico de quienes por obvias razones nos odian, no nos harán retroceder en
nuestra labor moralizadora.